No me quiero divorciar

No me quiero divorciar

A muchas parejas la cuarentena los agarro en la cuerda floja.

Arrinconados sin la posibilidad de aire, con la intensidad de horas de verse la cara, de escucharse, de pedirse cambios, de reclamos, de ver en el otro aquello que los irrita y por aquello que creen que la historia hermosa que alguna vez tuvieron se rompió.

Hay cuatro señales de peligro que de alguna manera nos muestran el nivel de alerta.

Estas son aplicables a cualquier tipo de vinculo.

Son señales que si logramos verlas a tiempo podríamos prevenir una ruptura.

Estas señales son llamadas los 4 jinetes del apocalipsis.

*La primera es la critica.

Ya paso el enamoramiento y vemos aquello que es, más allá de lo que soñé que era.

Sus actitudes me irritan y se instalan las miraditas con tensión.

Si todo lo que veo lo critico, el otro se pone a la defensiva.

*La segunda es la actitud defensiva.

Cuando nos ponemos defensivos no podemos ni escucharnos, ni mirarnos.

*La tercera es el desprecio, que hace que entre nosotros se levante una muralla.

En general estas señales son vistas por nuestros hijos que asumen la responsabilidad.

Ahí es donde aparece un modo de funcionamiento de hijos con culpa.

Asume el rol del hijo perfecto para lograr un equilibrio o malas conductas para correr la mirada del problema y ponerla en él.

*La cuarta es la muralla.

La hostilidad y el mal trato permanente tiene un costo alto.

La invalidación y descalificación del otro predispone de un modo que lastima.

Y así es que se emprende la retirada aun cuando no se haya ido de la casa, se repliega en si mismo.

Uno se separa antes de separarse físicamente, cada uno empieza a hacer la suya.

Sin embargo y como siempre digo hay mucho que podemos hacer.

Intentar reencontrarnos para que cada miembro de la pareja sea un yo independiente, con disposición para la comunicación, el encuentro y empatizar mutuamente.

Manejar expectativas reales y preguntarse qué sentido tiene para cada uno la relación.

Comprometerse a un proceso de cambio honesto de su relación actual.

Incluyendo las nuevas necesidades, deseos, expectativas y metas individuales y de la pareja como unidad.

Barajar y dar de nuevo.

Ojalá los que así lo desean tengan una nueva oportunidad.